…Y regresé a Ubud. Regresé a sus arrozales, sus calles llenas de tiendas, su mercado central, tan vivo y lleno de frutas, verduras y pescado fresco a primera hora de la mañana…Volví a caminar como una loca por las calles de las afueras de la ciudad, a probar sus miles de opciones de comida local, a ver bailar las niñas de la escuela de Batuk en el palacio real…Volví a Ubud para relajarme unos días y lo conseguí gracias al lugar que elegí para alojarme allí.
Las habitaciones y la villa privada de Kubu Bali Baik se encuentran a las afueras de la ciudad, a unos 10 minutos en coche del centro turístico. Rodeado de arrozales y a poca distancia de un pueblo de la localidad, el complejo es sinónimo de tranquilidad, descanso y servicio excepcional. Disfruté muchísimo de unos desayunos maravillosos con vistas a los campos de arroz y de unos cuantos baños en las piscinas privada y común del lugar. ¡Recomiendo el lugar sin dudarlo!













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